3/7/08

MI AMIGA, LA DOMINATRIX



Es que la veo. Con esa voz que parecía suplicar y exhalar más que hablar, Eva debe haber estado retando a sus amigos a que se tiraran al mar. Estos, por más especiales que fueran –y los amigos de Eva Norvind eran por lo general especiales- se daban cuenta de que el horno no estaba para pastelitos: con el oleaje del Pacífico no se juega. Eva, que siempre fue una excelente nadadora, se tiró al mar y ya no regresó. Estoy segura, segura, de que nadie se dio cuenta hasta que era tardísimo porque en el imaginario de todos los que la conocimos Eva era, sencillamente, invencible.
Nunca vi salir a flote tantas veces a una persona como a Eva, y siempre saliéndose con la suya.
Eva era capaz de revolcarse en el piso y echar espuma por la boca para conseguir que la limpiadora de la heladería que ella prefería le sirviera un helado dos horas después de cerrado el establecimiento.
La vi conducir dos quilómetros en reversa en el Periférico (vía rápida), ser detenida por la policía del D.F. (Ciudad México) y librarse hasta de multa sin siquiera pagar “mordida”. En realidad nunca supe que hubiera pagado una mordida aunque manejase por donde quisiese y como quisiese.
Su secreto era una combinación de una mirada de intensa ingenuidad, credulidad infantil y un desarraigo total de la realidad.
Fue eso lo que la llevó a dejarse retratar paseando en bikini por la ciudad de México en Semana Santa (para complacer a vivarachos reporteros mexicanos) y a opinar, en el medio de un programa de TV de mediodía, que la televisión debía utilizarse para enseñarle a las mujeres mexicanas la planificación familiar. Todo a finales de los 60.
Los lagrimones le sirvieron para que el entonces Secretario de Gobernación, Luis Echeverría, detuviese su deportación por afrenta a la mujer mexicana.
En el México de aquellos tiempos una “vedette” llegaba lejos. Atraía a políticos, y los políticos a los pudientes, y los pudientes a todos los demás. Es así que Eva contaba entre sus amistades a hombres de real poder, pero también a escritores, artistas, músicos, intelectuales y una gran corte de ejecutantes del yoga, homosexuales, vegetarianos, lesbianas y extravagantes en general. Sin contar a los aprovechados.
Pero digo mal. No era sólo por su calidad de vedette: Eva también era capaz de hablar casi de cualquier tema.

Hija de un príncipe ruso y una pintora noruega, y habiendo vivido en Francia, Canada y EE.UU., se movía a gusto entre varios idiomas y poseía una amplia cultura general. En realidad no sé si la poseía o si sabía aparentarlo muy bien; lo cierto es que los muros de la sala de su casa estaban tapizados de libros.
Pero su vida cotidiana –en que fue fotógrafa free lance durante varios años-constaba prácticamente de un único ingrediente: el sexo. No el sexo que se tiene y se practica, sino el que se conversa, el que se reflexiona y se discute hasta que ya no queda nada de él. El que sirve para retorcimientos del alma y de la mente.
Le gustaba, eso sí, escandalizar y comportarse de forma extravagante. Guardaba en su mesa de noche un cigarrillo mentolado para erotizarse cuando estaba en vena, lo que la motivaba a bajar a la calle y dejarse levantar por cualquier camionero para que la masturbara. Padecía de un horror patológico a la penetración.
Siempre temía que fuera a aparecer con la boca llena de hormigas, pero no, los camioneros obedecían y ni siquiera le preguntaban el nombre, lo que es, ciertamente, extraño viniendo de camioneros mexicanos. Con los años me di cuenta de que su comportamiento tan extraño, aliado al hecho de que era alta, “güera” y extranjera, de seguro terminaba por espantarlos y desear terminar todo cuanto antes.
Solía decir que era lesbiana, pero la verdad es que nunca la vi con ninguna mujer, a no ser con la intención de que ésta le procurase dinero; no que se lo diera, sino que la incluyera en alguna movida que resultase en buena plata.
Porque manejaba mucho dinero, aunque nunca llevaba más de cinco pesos en la bolsa. Era como un río a través del cual fluía el dinero y creo que fue así hasta su muerte, cuando regenteaba un próspero negocio de prostitución sado-masoquista en New York que debe haberle dejado un platal.

Al negocio, que ella bautizó muy profesionalmente de Taurel Associates (fundado por Ava Taurel, el nomme de guerre que adquirió a su llegada a New York), lo describía eufemísticamente como “una compañía de consejería, juegos de roles eróticos y producción de video para servicios anexos de salud”.



¡Siempre fue muy cuidadosa en dotar de elegancia a sus quehaceres, por más sórdidos que fueran!
¿Que masturbaba a un hombre? Pues creaba toda una historia digna de “La Historia de O” en que sensibilidad y ternura opacaban el trasfondo sexual. El acto así realizado era comunicación de almas.
No siempre fue “dominatrix” Eva. ¿Cómo iba a serlo si en realidad era asexuada?

Se convirtió a ello tras un tiempo de haber llegado a New York. Al principio sólo buscaba a seres de mala ley que dormían en los bancos del Central Park por la noche. Supongo que eso, tan absolutamente peligroso, terminó por aburrirla.
Nos vimos en Miami al poco tiempo de su “descubrimiento interior” y me enseñó las fotos de su primer “torturado”, un hombre en liguero, pantimedias y tacones altos atado a un árbol con unos cordones de cuero enrollados fuertemente alrededor del pene. Me parece que mi ataque de risa la sacó de onda y ya dejó de relatarme detalles. Aunque sí me contó de cuando, una vez, al pasar el registro de la aduana de México, adonde iba con uno de sus “encargos sexuales”, salieron a relucir todos los “juguetes” que llevaba en su maleta. Entonces nos reimos juntas.
Durante todos esos años de turbio quehacer en que desarrolló una red de “esclavos” que se extendía por los cinco continentes, estudió, sí, una maestría en sexualidad humana en la New York University, y dictó conferencias, protagonizó dos películas (Didn´t do it for love y Whipped, sirvió de consejera sexual a la cinta The Thomas Crown Affair ; conoció a actores, duquesas, marquesas, escritores, actores; también entrevistó y fotografió a muchos de ellos... La verdad es que nadie como Eva necesitaba tener el nombre de famosos en su boca, pero es cierto que se codeaba con un jet set internacional.
Con Eva prácticamente todo era cierto, por más que fuera difícil de creer: las cosas más disímiles, más contradictorias, exquisitas, vulgares, refinadas, primitivas, locas, caóticas; el idealismo, el más grosero aprovechamiento.

No me voy a dedicar al romanticismo post-mortum: para sus amigos ella podía ser difícil de soportar. Lo fue para mí, que terminé por cortar la amistad cuando vino a Miami para ver una obra de teatro y se quedó en mi casa un par de días. Cuando se fue me tiré de cabeza en la cama con una migraña que me reventaba los sesos y un agotamiento tan total, que hizo que mi vecina exclamara. “¿Pero qué te ha pasado? ¡Nunca te he visto así!”

La recuerdo con cariño porque me ayudó cuando llegué a México y porque me respetó -cosa no muy usual en ella- y me tuvo cariño. Y también porque me dio una profunda pena el día en que lme a encontré con los ojos húmedos, emocionada porque alguien la había llamado “sólo para saber de ella”.

Murió, me imagino, igual que vivió, en la exageración.

September 07, 2006
Estate Sale for Legendary Dominatrix
Last week, I received the most extraordinary invitation to the "estate sale" of Eva Norvind, a movie star, dominatrix, Mexican-Russian icon, and aristocrat sexual liberationist— a woman who embodied such notions before they were even fathomable, let alone fashionable.
Eva drowned last May in Oaxaca, while shooting a new film. Her friends and admirers miss her terribly, and a memorial is planned in New York October 10th.
But in the meantime... came this invitation. I longed to share it with you when it was timely, but it was "private." Now that the date is passed, it's still a memorable souvenir...

4 comments:

GeNeRaCiOn AsErE said...

bienvenida a la bloguera, y un fuerte abrazo de los aseres globales.

saludos

albert

Al Godar said...

Bienvenida!
Me gusta como escribes tus cosas.
Incluyo tu blog en mi lista de : Blogs Sobre Cuba
Saludos,
Al Godar

GeNeRaCiOn AsErE said...

Hola Vivian,

He disfrutado muchísimo de esta historia y también me ha tocado un poco.
Luego de lo que nos cuentas, lo que me mata es el cambio en la mirada de Eva. Desde la primera foto a la del filme “Dominatrix” y luego a la del video, ella parece haber andado un trecho inmenso... y así termina por mirarnos, como un tren con varias vidas a cuestas.
En esa entrevista de you tube sus palabras contienen cierta desesperación, como si estuviese tratando de establecer un orden interior a base de imponer el caos a los otros... el caos como una barrare entre ella y los que la rodean.

La mayor parte del tiempo uno se suicida porque se siente solo, tal vez ella siempre se supo así, ‘solo’ que un día pudo más su certeza.

Saludos, tony.

p.s. desde ahora, otro habitual de tu nueva peña.

La Gude said...

Tony.
En efecto, Eva tenía, en efecto, un tren con muchísimas vidas a cuesta. Sin embargo, creo que carecía de una distancia hacia sí misma.
Y a pesar de que era uno de los seres más solos que he conocido -en efcto, esa fue una de las razones por la que fue mi amiga- no creo que se detuviera a pensarlo.
Ella le pasaba a la vida como un huracán y la vida la pasaba a ella como otro tanto.
Aunque sí es cierto que ella tenía una necesidad de reafirmarse; por eso contaba cosas tan disparatads con tanta convicción.
En realidad no creo que haya tenido los dos amantes de que habla; cuando más, dos medios socitos....